viernes, 7 de septiembre de 2012

44. Hasta el infinito. (Final)



Cogí una mochila y la llené con ropa para mañana, y seguidamente fui a toda prisa a la estación. Cogí el tren y esperé a que pasasen las horas hasta que llegase a mí pueblo. Esas horas se me convirtieron en minutos, iba tan emocionada que no me di cuenta de que estaba de nuevo aquí. A la estación fue mi padre a esperarme. Después llegué a mi casa y para mi sorpresa, estaban mis primos y mis tíos. Estaba toda la gente a la que quería. Por desgracia, solo faltaba mi abuela, pero sé que desde ahí arriba se alegrará de esto. Había una peluquera también en mi casa, que me peinó y me maquilló. El vestido, obviamente, es el que me probé en la tienda, aquel  vestido tan precioso. Mi madre me explicó todo lo que había estado haciendo Pablo. Sin duda, se le había ocurrido la mejor locura de todas. Las horas pasaban y yo… yo estaba muy tranquila, me iba a casar, pero estaba totalmente tranquila.
Llegó el momento de dirigirme a la iglesia. Me dirigí en coche hacia allí. En la puerta, estaba toda la gente que quería. La gente de aquí y de Málaga que más queria. Estaba todo perfecto, y como no, él estaría dentro. La gente entraba hacia la iglesia. Instantes después era mi turno. Bajé del coche y me dirigí hacia la puerta de la iglesia, en todo momento al lado de mi padre. Llegó la hora. Entré en la iglesia y poco a poco me iba acercando. Cada vez lo veía más cerca. En este momento, cada uno de los instantes que habíamos pasado juntos inundaban mi cabeza, haciendo que me emocionase, pero evitando en todo momento no llorar. Llegué  al altar, y me felicidad y la de él no podría ser más porque era imposible.
-Estás preciosa.-Me susurró.
-Tú  también- Nos cogimos de la mano.
Y bueno… el resto de la boda ya sabéis como sigue. El rollo que suelta el cura y luego el mejor momento. Ese momento en el que nos juramos amor eterno con ese ‘’Si quiero’’ por parte de los dos, poniéndonos los anillos que jamás nos quitaríamos.
La noche fue fantástica, la mejor de todas. El banquete fue increíble, lleno de sorpresas, risas, emociones y lágrimas por parte de Pablo y de mí, emocionados por todo lo que nos estaba pasando.
Después de esta gran celebración, fuimos al hotel donde Pablo y yo pasamos una de las noches más mágicas e increíbles de todas, haciendo el amor libremente, como la pareja de casados que éramos.
Al día siguiente nos levantamos y nos dirigimos a Málaga en tren.
-¿Y dónde nos vamos a pasar la luna de miel?
-A Jamaica, ¿qué me dices?
-Pues genial, y a tú lado aun mejor-Nos besamos.
-Pero antes pasamos por otro sitio.
-¿Por dónde?
-Una noche por Londres.
-¿Y a qué vamos allí?
-Ya lo verás.
-Tú y tus secretos… toda la vida así.-Pablo se me quedó mirando sonriendo.- ¿Qué pasa?
-Que ahora ya no tengo novia… sino mujer.
Me limité a sonreírle y darle un beso. No era consciente todavía de esto. Pablo y yo, casados.
Después fuimos al aeropuerto y poco después subimos al avión. En cuanto nos quisimos dar cuenta llegamos a Londres, esta bella ciudad que siempre será mi favorita. Todavía no sabía muy bien para qué veníamos aquí, pero sí que me hacía una ligera idea.
-¿Me vas a contar ya qué hacemos aquí?- Dije mientras nos subíamos a un taxi.
-Ahora mismo lo sabrás, pero antes, si quieres saberlo, debes taparte los ojos.-Dijo sacando un pañuelo de los suyos.
-En fin… no me opondré-Me tapó los ojos y luego Pablo le dijo en un inglés muy bien pronunciado a donde quería ir.
-Vaya, como has mejorado el inglés.
-¿Qué te creías?-Dijo riéndose.
Fuimos agarrados de la mano todo el trayecto, casi en silencio, pero no nos hacía falta decirnos nada que no supiéramos ninguno de los dos.
El coche paró y Pablo me ayudó a bajar.
-No te quites el pañuelo hasta que yo te diga.-Dijo dejándome un beso en los labios.
-Vale.
Entramos como a un hotel y luego subimos a un ascensor. Yo, torpemente, con la ayuda de Pablo, iba andando junto a él. Paramos y Pablo abrió una puerta. Pasamos, y luego cerró. Cuidadosamente, Pablo me quitó el pañuelo.
Abrí los ojos y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. En mi cara se formó una sonrisa. Mis ojos brillaban. Mi cabeza volvió a aquel instante de aquella habitación. Sí, la habitación donde por primera vez Pablo y yo, nos besamos. Donde por primera vez hicimos el amor. Donde por primera vez nos dijimos a la cara esas dos palabras, te quiero.
Me acerqué a la cama. Había un bote con dos copas y champán. Y, también había un regalo sin abrir. Miré a Pablo y asintió diciéndome que lo abriese. Lo abrí. Eran nuestras primeras fotos juntas en un marco. Nuestra primer foto de un abrazo juntos, la de nuestro beso y muchas otras especiales para mí. Sin embargo, había una que jamás supe de su existencia. Éramos Pablo y yo en la cama. Yo durmiendo y él abrazándome y besándome la cabeza.
-¿Y esta foto?
-De nuestra prima vez, la hice mientras tú dormías, quería tener este recuerdo guardado para siempre.
Pablo se sentó al lado mío, cogiéndome de la mano- ¿Te ha gustado?
-Es lo más precioso que has podido hacer.
-Te quiero.
-Yo también te quiero.
-Siempre juntos.
-Hasta el infinito, porque nadie nos podrá separar jamás.
Y nos besamos. En aquella habitación donde fue nuestro primer beso de novios, años después nos dimos uno de los primeros besos de casados, compartiendo nuestras vidas hoy y siempre.
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Y aquí pongo fin a esta historia. Me da pena haberla acabado, tanto tiempo dedicándole a escribir esta historia y ya le tuve que poner el punto y final.
Quería daros a TODOS las gracias, a los que empezaron a leerla y no la acabaron, ya que sé que a todo el mundo no le puede gustar, pero gracias por haber leído algún capítulo. Pero sobretodo quería darle las gracias a los que empezaron y terminaron de leer esta historia. Gracias por haber confiado en mí, por haberme pedido cada capítulo, por haberme dado vuestras opiniones, y en especial, a esas personas que se llegaron a emocionar algún momento en mi historia.
Quería destacar entre todas mis lectoras a @OlatzAlboran, que gracias a ella, me ha dado muchos ánimos para escribir, y también darle gracias por gustarle tantísimo esta novela.
Aquí he puesto fin a esta historia, pero tengo que deciros que estoy escribiendo una novela nueva, que pronto publicaré.
Un millón de gracias, os quiero.