Entreabro los ojos. Ya es de día, los primeros
rayos de sol entran por la ventana. Por mi espalda noto unos ligeros dedos
que la rozan de arriba abajo, suavemente. Me giro hacia Pablo, quedándonos a
escasos centímetros.
-Buenos días princesa-Princesa… como me gustaba esa palabra,
y más sila decía Pablo dirigida a mí.
-Buenos días- Le dejé un ligero beso en la boca.
-¿Has dormido bien?
-A tu lado es imposible dormir mejor, aunque dormir mejor
que tú es algo difícil de conseguir, se notaba que dormías a gusto.
-¿Ah sí? ¿Y cómo lo notas?
-Porque pones cara de niño bueno durmiendo, totalmente
relajado, con la boca un poco abierta, y respiras suavemente.
-Tu cara es la misma que me has descrito a mí mientras
duermes, solo que más guapa.
-Si vamos, una belleza impresionante, jajajaja.
-Para mí sí…-Se acercó a mí y nos besamos- Je t’aime.- Pronunciando con acento perfecto. Entonces se me vino a a mi mente La vie en rose.
-C'est
lui pour moi, Moi pour lui, dans la vie, Il me l'a dit, l'a juré, pour sa
vie...
-No sabía que te la sabías.
-Me sé solo esa frase y aun encima, mal
pronunciada, al lado tuyo es una basura de entonación, nunca se me ha dado bien
la entonación del francés, jajajaja.
-Jajajaja, la has entonado más o menos bien, de
verdad.
-Si bueno... ya me enseñarás algún día. Vamos a desayunar, ¿te parece?- Asintió y me besó.
Mientras desayunábamos, yo tenía la radio puesta con la
música, y Pablo estaba con su iphone mirando el twitter y esas cosas. Yo estaba
nerviosa, sabía que hoy me tendría que encontrar con Jose y tarde o temprano,
contarle todo. Pablo me cogió la mano.
-Tranquilízate, ya verás que todo sale bien- Me dijo Pablo
acariciándome la mano y mirándome.
-¿Y si sale todo mal y se enfada y no me vuelve hablar?
-Pues que perdería a una grandísima amiga y él se la
perdería.
-Bueno… ya se verá.
Terminamos de desayunar y nos vestimos, y después, Pablo me
llevo con el coche a mi casa.
-Si pasa algo no dudes en llamarme ¿Sí?
-Vale.
-Te quiero-Nos besamos en el coche con un gran amor que
sentíamos el uno por el otro.
Bajé del coche y entré a mi casa. Como aun quedaba tiempo,
organicé todo y luego me di una ducha rápida. Terminé de hacer todo y me senté
en el sillón, bueno, en realidad dando vueltas por la casa, estaba muy
nerviosa, no podía estarme quieta. De repente tocaron al timbre, era Jose. Le
abrí la puerta.
-¡Cariño!-Me fue a dar un beso en la boca pero yo le puse la
mejilla. Se quedó extrañado. ¿Qué te pasa?
-Ven… siéntate.-Le cogí la mano y nos sentamos en el sofá.
-¿Ha pasado algo?
-Lo… siento.-Agaché la cabeza y una lágrima descendió por mi
mejilla.
-¿Es… por Pablo, verdad?-Asentí.-¿Lo sigues queriendo?-Hubo un silencio en toda la casa. Yo respiré profundó y empecé a hablar.
-Como el primer día. No he podido olvidarlo. Pensaba que si
lo había superado gracias a ti, pero el otro día que lo vi supe que lo seguía
queriendo igual que antes. Intenté que no pasara nada, pero él tampoco me había
olvidado. Yo te quiero muchísimo, eres una persona muy especial, pero solo te
puedo mirar como mi mejor amigo, el único hombre al que voy a poder mirar como
algo más que un amigo es solo a Pablo. Pérdoname.-Empecé a llorar más, pero él
me abrazó.
-Sshhh… tranquilízate.
-Yo no quiero que nuestra historia acabe mal, yo quiero
seguir siendo tu amiga, pero después de esto no creo que vuelvas a querer ser
mi amiga, te he engañado…
-Yo tampoco quiero que lo nuestro acabe mal, pero ahora
mismo me acabas de hacer mucho daño. Sabía que cuando te encontrases con él
probablemente pasaría esto. Pero no puedo ser un egoísta, porque a mí me
importa tu felicidad y sé que a mi lado nunca la vas a encontrar completamente. Él es el único que te puede hacer la más feliz, y si esa es tu
decisión, yo la voy a respetar.
-Gracias…-Le abracé.
-Fue un mes increíble junto a ti, y me hubiera gustado que
hubiese sido por más tiempo, pero las cosas pasan porque están hechas así y no
se pueden cambiar, y tu y yo estamos destinados a ser amigos.
-Eres increíble, de verdad, pensé que te enfadarías y ya no
volveríamos a saber jamás el uno del otro.
-Yo no quiero perder a una persona tan grande como tú.
Espero que algún día vayas a Barcelona.
-Eso no lo dudes… y tú ven aquí cuando quieras, que te
recibiré con los brazos abiertos.-Nos volvimos a abrazar.
-Y bueno… si no te molesta, te invito a comer, pero con una
condición, que se venga Pablo, que lo quiero conocer.
-Por supuesto. Voy a llamarlo.
*Conversación telefónica*
-Amor, ¿todo bien?
-No puede ir mejor.
-Eso significa que habéis quedado bien ¿no?
-¡Sí!
-Me alegro muchísimo, te dije que saldría bien.
-Sí, tenías razón, por cierto ven a mi casa, vamos a ir los
3 a comer, que Jose te quiere conocer.
-¿De verdad que me quiere conocer?
-Sí, ven cuanto antes.
-Está bien, no tardo, ¡adios!
-¡Chao!
*Final conversación telefónica*
-Ahora mismo viene.
-Perfecto, he reservado en un restaurante que hay cerca de
aquí mientras hablabas con él.
-Siempre tan atento.
-Así soy yo, jajajaja.
Estuvimos hablando de otros temas, y de repente tocaron al
timbre, era Pablo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario