*Narrado por Pablo*
Llegué a mi casa después de los premios. Estaba feliz porque
había ganado el premio al mejor artista, les debo este premio a todas mis fans,
por estar siempre ahí apoyándome sea donde sea, en cualquier momento, sé que
siempre estarán ahí y a veces me dan esa energía que me falta para hacer
grandes cosas. Sin embargo, el mejor premio de esta noche había sido ella. Sé
que me sigue queriendo. Cuando toqué sus manos, ella se puso a temblar y muy
nerviosa, sin saber qué hacer. Es exactamente lo mismo que le pasó cuando nos
dimos nuestro primer beso. Confío en el que la voy a poder recuperar, pero me
va a costar, ahora que tiene a otro hombre el lado suyo no lo va a querer
dejar, pero sabe que si no lo hace nunca será feliz. En fin… pase lo que pase,
voy a luchar hasta el último segundo de mi vida para que se olvide del pasado y
continuemos esta historia hasta el último día.
*Narrado por María*
Me desperté a las 8, no había dormido mucho, estuve pensando
toda la noche en Pablo, la persona capaz de controlar todo mi ser. Me duché y
me fui a su casa. Toqué al timbre y me abrió, procuré no ponerme nerviosa, pero
es que fui inevitable no hacerlo. Esa sonrisa que tiene siempre en la boca me
mata. Cada sonrisa suya es diferente, cada una mejor que la anterior, haciendo
que se me pusiese cara de tonta mientras la miraba.
-Buenas, pasa, no te quedes ahí.-Pasé a su casa.
-Siéntate, te he preparado el desayuno, porque conociéndote
sé que no has desayunado. ¿O me equivoco?
-No, no te equivocas-Le sonreí con una sonrisa cálida.- Pero
no te deberías haber molestado, de verdad.
-Si no me cuesta nada.-Nos sentamos en la mesa.
-Y bueno, que me tenías que contar, que a las 11 tengo que
estar en el programa.-Su cara cambió completamente.
- Te voy a dar la explicación que no te pude dar hace 1 año.
Pues verás, en las fotos que vistes, como pudiste comprobar había ganas por
parte de los dos, no te lo voy a negar. Pero te juro que no sé que me pasó. Se
lanzó a besarme con ganas y yo les respondí con las mismas, pero no sentía
nada, ella quiso llegar a más pero en ese momento me di cuenta que estaba
haciendo lo peor de mi vida. No sabía el qué me había pasado para besarla, pero
ocurrió. Luego en casa intenté contártelo en varias ocasiones, pero fui un
cobarde y no lo hice, pensé que si te lo contaba te enfadarías y no me ibas a
perdonar, así que no te lo conté. El resto ya lo sabes. Un error con el que
pagué muy caro.
-Si me lo hubieses contado no habría pasado esto. Aunque me
hubiera hecho daño de todas formas.
-Si te lo hubiese contado habría pasado algo parecido. Me
hubieras dicho, te perdono, pero no sería lo mismo. Te conozco demasiado bien.
-Yo a ti pensaba que sí te conocía bien.
-Y me conoces bien, pero todo el mundo cometemos errores,
espero que algún día puedas perdonarme.
-Eso quedó en el pasado, así que ya está todo perdonado. Si
quieres podemos ser amigos…-Pablo hizo una risa de tono burlesca.
-¿Tú crees que se puede ser amiga de la persona de la que
estás completamente enamorada?
-¿Por qué haces esto tan difícil Pablo?
-La que hace difícil las cosas eres tú. Tu sabes
perfectamente que me sigues queriendo como el primer día también. Ayer lo
demostraste, cuando te cogí la mano te pusiste a temblar, y tus manos empezaron
a sudar. Eso mismo te pasó en nuestro primer beso. Y por mil veces que me lo
niegues sé que me sigues queriendo.
-Pablo, ¡para ya! , he cambiado.-Llevaba toda la razón, pero
no se la quería dar. Entonces se levanto, me cogió y se acercó a mí. Nuestros
labios estaban a escasos centímetros.
-Pues si es todo eso verdad, mírame a los ojos y dime que no
me amas y que no te importo.
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