domingo, 19 de agosto de 2012

41. Locura de amor.


Estuvimos cenando en uno de los mejores restaurantes de Chile, según me habían dicho y después, lo iba a llevar a un hotel conmigo. Había alquilado una habitación para nosotros dos solos, y después le iba a dar un regalo que no se lo podría esperar, algo que le haría muy feliz.
-Bueno, ¿y ahora donde vamos?
-Pues subamos al coche y lo sabrás.-Nos subimos al coche, pero le tapé los ojos.
-Jo… ¡esto no vale!
-Jajajaja, caya, que así tiene más emoción.-Entramos al hotel y llegamos a la habitación.
-No te lo quites aún, espérate.
-Vale…
Fui a la mini-nevera de la habitación y saqué una tarta que le compré, le puse las velas y las encendí.
-Quítate el pañuelo.-Se lo quitó y le empecé a cantar el cumpleaños feliz.- Ya sé que canto mal pero es lo que toca, jajajaja.
-Para mí es perfecto.
-Ahora sopla las velas, pero pide un deseo.
-Soplémoslas juntas, y pidamos un deseo los dos.
-Está bien- Contamos tres y soplamos las velas mientras pedíamos nuestros deseos. Pablo y yo nos quedamos mirando, sabíamos que habíamos pedido el mismo deseo, aunque no lo dijésemos.
-Y ahora queda el regalo final.
-¿Otro? Madre mía, ya no sé que imaginarme.
-Siéntate en la cama.
Cogí el portátil y metí un CD que había hecho. Era un video, de muchísimas personas felicitando a Pablo, como los amigos, su familia, sus fans, gente famosa y sobretodo, le impactó ver el final. No se podía creer lo que había visto. Coldplay le había felicitado. Se me ocurrió esa idea, ya que fui al Rock in rio de Madrid, y ellos actuaban, y tuve la suerte de poder robarles unos minutos.
-No tengo palabras para esto, es indescriptible, ufff…
-Ahora viene el toque final.
-¿Algo más?
-Sí, toma.-Era una guitarra. Pero no una guitarra normal, sino una guitarra formada por todos los componentes de Coldplay. Cuando la vio, se quedó de piedra.
-Estoy flipando, esto no puede ser.
-Pues créetelo, que es verdad.
-¿Pero cómo has conseguido esto?
-En el rock in rio de Madrid, recuerda que soy reportera.
-Joder… la voy a guardar toda mi vida. No sé cómo darte las gracias.
-Yo si sé…-dije riéndome.
-Capto el mensaje.-Se rió también.
Se acercó a mí y me beso, cada vez con más intensidad, hasta que cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos desnudos unidos de nuevo por el amor que sentíamos.

Al día siguiente tuve que volverme a España, porque  yo tenía que seguir con mi trabajo. La despedida no fue muy triste, ya que cuando nos quisimos dar cuenta, estábamos otra vez en verano, por las calles de Málaga paseando juntos de la mano.
-Amor, ¿quieres que hagamos algo esta noche?
-Como prefieras tú.
Íbamos andando por las calles centrales de Málaga, llenas de tiendas y más tiendas, y de repente, me quedé mirando el escaparate de una tienda detenidamente. Vendía trajes de boda. Ahora que me he dado cuenta, llevamos mucho tiempo juntos, y tenemos una cierta edad, porque la juventud no es eterna.
-¿Quieres pasar?-Me dijo Pablo.
-Pero es que yo sola es una tontería, dejémoslo.
-Paso yo contigo.
-¿¡Qué!? Ni en broma, un novio no puede ver a la novia vestida antes de la boda, da mala suerte.
-¿Te digo una cosa? Yo no creo en eso. Por verte vestida de novia no me voy a desenamorar de ti, es más, me enamoras. ¿Quieres comprobarlo?
-No sé…
-Anda pasa, ¡confía en mí!-Me dio un beso y entramos en la tienda.
Estuve mirando varios vestidos, asesorándome por la dependienta, pero hubo uno que fue el perfecto para mí. Lo cogí y me lo probé acompañado de unos tacones que había también en la tienda, que eran ideales. Me miré al espejo varias veces antes de salir, y no es porque fuese yo, pero me quedaba realmente bien, me venía todo exactamente bien, era la talla perfecta y el vestido perfecto. Salí del probador con él puesto. Pablo se quedó mirándome asombrado, no decía nada, solo se limitaba a sonreír y morderse el labio.
-Vaya… qué bien le queda, es difícil encontrar un vestido que no haya que arreglarlo. El novio tiene muchísima suerte-Me dijo la dependienta.
-Y tanta suerte que tengo… esta preciosa.
-Es que tú eres… ¿su novia?
-Sí. Y ya me sé eso de que el novio no puede ver a la novia vestida con el traje antes de la boda porque trae mala suerte, pero que yo no me creo eso, jajajajaja.
-Que atrevidos que sois, jajajajaja. Pero… ¿os vais a casar o solo estabais mirando?
-Solo mirando, me apetecía entrar y probármelos, a ver cómo me quedaban.
-Pues este le queda fantástico, y los zapatos también, has tenido mucha suerte en que sea justamente tú talla.
-En fin… voy a cambiarme.-Me cambié y salí de probador. Le di el vestido a la dependienta.
-Gracias.
-A ti, y espero volver a veros pronto por aquí!-Salimos de la tienda

[Narrado por Pablo]
Estaba preciosa, era indescriptible. Aquella imagen se me quedó grabada en mi memoria para siempre. El traje de novia le estaba increíble, jamás la había visto tan guapa. En este momento, me di cuenta que habíamos vivido infinidades de cosas juntos, y ahora que se había establecido mi carrera, era el momento ideal para quedar unidos por el resto de nuestras vidas. Pero no quería que fuese lo típico, quería hacer una tradición diferente, algo que se me había ocurrido. Es una locura lo que pienso hacer, pero a la vez una locura de amor, con un final feliz. Me llevará un tiempo de lío, pero quiero que sea una sorpresa para ella, no se va a imaginar nada de esto.
-¡Espera un momento aquí!-Le dije a María y entré corriendo en la tienda.

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