jueves, 17 de mayo de 2012

27. Instantes para volvernos a ver.


-¡Pablo! ¿Qué haces aquí?-Nos dimos dos besos.
-Pues intentando encontrar a mí otra vida.
-Pasa y me cuentas todo, de algo te podré ser útil.
-Creo que sí.-Pasé y le conté todo lo ocurrido.-Bueno, y si tú quieres, podrías llamarla y preguntarle donde está ahora mismo, porque vosotras os contáis todo, supongo.
-Claro… enseguida la llamo-Cogió el móvil y la llamó.
-¡Laura! ¿Qué tal estás?-Dijo María al descolgar el teléfono. Se me formo una sonrisa al instante en la cara.
-Pues muy bien, aquí viendo la tele un ratito, ¿y tú? ¿Qué es de tu vida?
-Pues acabo de llegar a Móstoles, a casa de mis tíos, voy a pasar aquí unos días.
-Pues me podrías dar tu dirección, porque casualmente voy a pasar unos días a Madrid y podría pasar a verte.
-¡Sí! ¡Qué ilusión! Toma, esta es la dirección-Y se la dio.
-Apuntada-Laura me guiñó un ojo.- Por cierto, ¿qué tal vas?-Puso el altavoz en alto Laura.
-Pues como puedo… lo echo de menos.-Al oír esto mis ojos se cristalizaron.
-¿Y porque no le llamas? Seguro que él quiere hablar contigo.
-No creo… ya no me llama. Antes me llamaba todos los días, pero ahora ya no lo hace, se habrá olvidado de mí.
-Te estás equivocando, ha estado aquí esta tarde. Se ha ido hace un rato.
-¿Ha ido a buscarme?
-Sí. Te está buscando por todos los sitios. Ayer estuvo en Málaga, hoy aquí y mañana no sabe a dónde irá.
-¿Le has dicho dónde estoy?
-No.
-Pobrecito… me muero de ganas de verlo, pero quiero pensar.
-¿No te parecen 5 días sola suficientes para haber pensado?
-Pues…
-Una pregunta. ¿Lo sigues queriendo?
-Como el  primer día.
-¡Entonces a que esperas!
-No sé…
-Escúchame, llámalo.
-Creo que voy a volver a Málaga dentro de 5 días, porque supongo que ya estará ahí, que se habrá cansado de buscarme.
-Me parece muy bien, y ahora te dejo que tengo un asunto pendiente.
-¡Vale! Adiós y gracias por preocuparte.
-De nada. Chaaao.-Colgó.
-¡Gracias, gracias, gracias, gracias!- Le dije a Laura mientras la abrazaba.
-Jajajaja, de nada.
-Mañana cojo el tren que salga más temprano hacia Madrid.
-Pues hay uno que sale a las 7 de la mañana.
-Pues voy corriendo a comprar un billete. ¿Vienes?
-Voy a ver si se ha despertado el peque y el mayor y te cuento.
-Jajajaja vale.
-Aun siguen durmiendo, así que vamos solos.-Salimos de casa.
-Y bueno, ¿tú a que te dedicas?
-Soy periodista. Trabajo en un periódico de Madrid poniendo noticias deportivas. Las mando por internet. Es un trabajo bueno, porque no hace falta salir de casa.
-Pues sí que es un buen trabajo. ¿Y Raúl?
-Raúl es un profesor de gimnasia de un instituto.
-¿Y es de aquí?
-No, él es de un pueblo de Barcelona. Nos conocimos en Madrid. Estuve estudiando allí y una amiga me lo presentó, y ahora mira. Vivimos aquí pero en cuanto podemos nos vamos a su pueblo.
-Pues entonces muy bien.
Llegamos a la estación y compré el billete. Después acompañé a Laura hasta su casa.
-Y bueno, ¿y tú que tal vas con el disco?
-Pues muy bien, ya lo estamos terminando de montar, en cuanto tenga una copia te lo mando y lo escuchas.
-Me encantaría.-Llegamos a su casa.
-Bueno, un placer charlar contigo, y de nuevo, muchísimas gracias.-La abracé.
-No hay de qué. Seguro que mañana en cuanto te vea va a ir corriendo hacia ti, la conozco muy bien, y más por lo que ha dicho esta tarde.
-Eso espero.
Por cierto, ¿sabes volver al hotel verdad?
-Sí, o al menos eso creo. Si me pierdo te aviso, jajajaja.
-Vale, jajajaja.
-Bueno, hasta que nos volvamos a ver, que espero que sea pronto.
-¡Sí! ¡Adiós!-Me despedí de ella.
Llegué al hotel y me fui a la habitación. Había recuperado mi alegría y mis ganas otra vez, porque ahora sabía lo que realmente le pasaba a ella. Sabía que me seguía queriendo como el primer día y yo a ella también. Solo faltaba que llegase la hora de reencontrarme con ella de nuevo. Me puse en el ordenador hasta que se hizo la hora de cenar. Después me puse a ver la tele y me acabé durmiendo.
Me desperté a las 6:00, me duché y me organicé lo poco que había sacado de la maleta. Llego la hora de montarme al tren. Tenía tantas ganas de llegar que el viaje se me hizo corto. Enseguida estaba en Madrid, otra vez, hace 5 días o así que estuve aquí. Fui a mi casa, deje todo y cogí un taxi para que me llevara a Móstoles, más concretamente a la calle donde estaba ella. Cuando me bajé del taxi recordé una foto que me había enseñado ella  de las veces que había estado aquí. Estaba en un balcón donde había un rosal. No tardé en encontrar ese balcón, había un rosal precioso. Le mandé un whatsapp, ahora solo quedaban instantes para volvernos a ver...

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